sábado, 8 de diciembre de 2012

Sin darme cuenta

Ayer tuve un pequeño incidente en la estación, estuve media hora esperando sentando a que llegara el tren que tenía que coger cuando, al cabo del rato, veo que sale un tren detrás mío. Al leer el letrero que había en el andén, junto a la vía, me dí cuenta de que aquél tren iba hacia el mismo sitio donde quería ir. Pues bien, esa es mi vida, siempre sentado esperando a que lo que yo estaba buscando llegase, sin darme cuenta de lo que tenía delante. Hasta que en un momento dado, cuando ves que aquello se va, te empiezas a dar cuenta de que realmente era lo que querías y de que ya no volverá. Ahora sólo queda esperar al siguiente tren...

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